Juan 17:8.
La Biblia es el libro más leído en el mundo. El más amado, sin duda, pero también el que tiene más enemigos. La historia está manchada con la sangre de muchas personas que pagaron con su vida el hecho de poseer un ejemplar. ¿Por qué tanto odio hacia la Biblia? Hay una causa sobrenatural: existe un adversario, Satanás, que no soporta la existencia de un libro que muestra su derrota.
La causa de esta hostilidad es que la Biblia va en contra de lo que a la mayoría de las personas les gustaría oír. No elogia nuestra civilización; no presenta al hombre como un ser noble, que se encamina hacia un hermoso ideal humanista. Por el contrario, muestra su alejamiento de Dios y su degradación moral; reprueba sus pasiones y le aconseja volverse de sus malos caminos.
En la oración sacerdotal de San Juan 17, el Señor Jesús agradece al Padre porque las palabras que recibió de él las entregó al ser humano, y algunos las recibieron. ¿Qué significa recibir la Palabra? Hay muchas maneras de encarar el estudio de la Biblia: algunos la estudian solo buscando alimentar el intelecto; y sin duda la Biblia tiene respuestas para satisfacer la curiosidad del ser humano. Pero, ella es más que simplemente un libro de texto.
Otros, leen la Biblia como si fuese un amuleto; piensan que existe algún poder sobrenatural en la lectura de un versículo diario. Tal vez, no se den cuenta, pero inconscientemente, la lectura de la Biblia para estas personas no es más que un ritual, como cualquier otro ritual. El poder es atribuido al hecho de leer la Biblia, y nada más.
Pero, en el versículo de hoy, el Señor Jesús habla de quienes recibieron la Palabra: estos son los que leen la Biblia con el propósito de encontrarse con Jesús, de oír su voz, de recibir sus consejos. Y no se quedan simplemente allí, sino que, después, en una actitud obediente, se disponen a llevar a la práctica los consejos divinos.
La Biblia es el manual de supervivencia: nos muestra el camino; nos advierte de las zancadillas que pueden aparecer adelante; nos infunde ánimo para continuar avanzando, cuando el camino es tortuoso, en fin...
No salgas, esta mañana, sin tomar la decisión de leer más la Biblia y de ajustar tu vida a sus enseñanzas. Y recuerda la oración de Jesús: "porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste"