SEÑALES DE AMOR

miércoles, 5 de noviembre de 2014

"¿Qué señal? "
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Mateo 24:3.

La curiosidad es innata en el ser humano; en realidad, es el primer paso hacia el descubrimiento. Nada habría sido descubierto en el mundo, si el hombre no fuese curioso por naturaleza. Pero, la curiosidad debe ser orien­tada de forma correcta; de otro modo, puede llevar, incluso, a la destrucción. Esa fue la tragedia de nuestros primeros padres.
La pregunta: "¿Qué señal habrá de tu venida?", se encuentra repetida va­rias veces en la Biblia. El ser humano desea conocer no solo las señales, sino también la fecha exacta del mayor evento de la historia. Pero, por algún mo­tivo especial, Jesús no especificó la fecha de su venida.
Éramos nueve hermanos. Papá trabajaba en las minas, y llegaba a casa cada dos semanas. Antes de viajar, nos dejaba una lista con los deberes que debíamos cumplir antes de su llegada. Eran deberes diarios, pero nosotros dejábamos todo para la última hora. Cuando llegaba el día final, nos distri­buíamos las tareas, y en pocas horas teníamos todo listo. Papá se emocio­naba al llegar. ¡Pensaba que tenía hijos maravillosos y obedientes! Estaba engañado.
Cierto día, hubo un accidente en las minas. Los trabajos fueron suspen­didos, mandaron a todos los trabajadores para la casa, y él llegó antes de lo previsto. Para sorpresa suya, se encontró con la triste realidad: los hijos queridos no eran tan maravillosos como él pensaba.
Esta es apenas una historia, y mi padre solo un ser humano. No tenía la capacidad de conocer el corazón de los hijos. Pero, Dios es Dios, y con él las cosas son diferentes.
Mucha gente se pregunta por qué Jesús no anunció el día exacto de su re­greso. Creo que la razón es la naturaleza del corazón humano: si supiésemos el día exacto, viviríamos sin tener en cuenta sus consejos; faltando pocos días, arreglaríamos la vida y trataríamos de prepararnos para ir con él. Esto no le haría ningún bien al ser humano. Por eso, Jesús incluyó el elemento sorpresa; y el énfasis que la Biblia da no es a la fecha, sino a la preparación del ser humano para encontrarse con el Señor.
Haz de este día un día de preparación, recordando que, aunque no sabe­mos el día ni la hora de la venida de Cristo, todo indica que estamos viviendo los últimos tiempos de nuestra historia en esta tierra.


Pr. Alejandro Bullon Paucar.

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