EL LOBO QUE QUERÍA SER OVEJA.
había una vez un lobo que se había cansado de ser lobo...observó tanto a las ovejas que un día quiso ser como uno de ellas.
miraba que la ovejita comía pasto, era quieta, tenia un pastor k la guiaba a las aguas y le proveía un techo, era tanto el amor de aquel pastor por sus ovejas k el lobo se quedaba admirado. aquel pastor las defendía cuando el lobo las atacaba...
un día el lobo dijo: ya no mas seré lobo, de hoy en adelante seré oveja... así que consiguió una disfraz de oveja, comía pasto, andaba en medio del rebaño, seguía a los demás corderitos... al caer la tarde salió el instinto salvaje del lobo...pues le dio hambre y aunque no quería comer mas carne, su instinto le ganó, saltó y mató una ovejita y se la comió...
después el lobo se sintió triste y lloró amargamente porque había vuelto a las andadas... y decía: yo no quiero ser así, yo quiero ser como un corderito, y mas porque quiero tener un pastor que me guíe, que me cuide, que me proteja...sollozaba el lobo.
QUERIDO AMIG@, QUERID@ HERMAN@: MUCHAS VECES HAS INTENTADO CAMBIAR TU FORMA DE SER, TUS HÁBITOS, TU CONDUCTA, TU MANERA DE VIVIR...QUIERES SER ALGUIEN DIFERENTE, SENTIR EL AMOR DE DIOS, TENER PAZ EN TU CORAZÓN, SENTIRTE LIBRE DE TODO PECADO, LIBRE DE LAS ATADURAS QUE EL ENEMIGO A PUESTO EN TU VIDA...
QUIZÁ HAS INTENTADO CAMBIAR CON TU PROPIO ESFUERZO Y NO HAS PODIDO...
DÉJAME DECIRTE QUE SI SE PUEDE CAMBIAR PERO NECESITAS TENER DE TU LADO AL SEÑOR JESUCRISTO... Y YA NO MAS SERÁ COMO EL LOBO...DIOS PUEDE HACER UN CAMBIO VERDADERO EN TU VIDA PERO NECESITAS ACERCARTE AL QUE TODO LO PUEDE.
TU VIDA PUEDE CAMBIAR...DI BASTA! Y BUSCA LO MAS PRONTO POSIBLE A TU SALVADOR...JESUCRISTO TE AMA!!!
No es malo llorar
¿Llorar?, ¿sirve de algo llorar?, no lo se, seguramente habrá quienes piensan que llorar no soluciona nada, o que solamente es una muestra de debilidad, pero hay personas que a veces desahogan sentimientos por medio del llanto, y es que a veces acostumbras a cargar con cosas o sentimientos que intentas solo pasar por alto, hasta que te das cuenta que están causando daño a tu vida, y si, es bueno ser fuerte, pero es mejor saber desahogarse del dolor y a veces lo hacemos llorando.
Hay un verso en la Biblia que es realmente corto, pero deja pensando en muchísimas cosas, este dice: Jesús lloró. (Juan 11:35), lloraba conmovido por la muerte de alguien que quería, y que evidentemente fue algo doloroso, después de esto sucedió el milagro en el que resucito a Lázaro, pero mas allá de eso, esta fue la manera en que Jesús mismo expresó sus sentimientos, llorando.
Tal vez hoy, tus fuerzas y tu paciencia parecen tocar fondo, tu animo decae y tus ganas parecen irse poco a poco, tus ojos se han llenado de lágrimas y te sientes que difícilmente saldrás de tu situación, pero eso, lejos de hacerte parecer alguien de poco carácter, es una muestra de lo necesitado que estas de que Dios toque tu vida aunque sea por un momento y venga con su pañuelo a secar cada una de tus lágrimas.
Llorar no te hace más débil, llorar delante de Dios al exponerle tu causa y todos esos sentimientos es parte de lo sensible que es tu corazón y de la gran necesidad que hay en tu vida de que Él actúe, y es que a veces las palabras no son necesarias, y ni siquiera las tenemos presentes, pero tu llanto Dios lo entiende, sin palabras te escucha y está contigo en todos esos momentos que tanta falta te hace sentir compañía, como probablemente lo es hoy.
Podemos callar las palabras, esconder los sentimientos, y hacernos los fuertes, pero cuando llega el momento que sentimos que no podemos mas, es cuando Dios se acerca a mostrarnos que no es necesario que lo hagamos nosotros, sino que Él puede hacerlo, que si lloramos delante de Él no es en vano, pues nadie merece tus lagrimas, solo Aquel que puede hacer algo con ellas, y ese únicamente es Dios.
No es malo sentir ganas de llorar, pero debes saber que Dios puede cambiar esas lágrimas por sonrisas, y hacer cosas nuevas, tal vez nadie sepa los motivos de tu llanto, pero Dios conoce cada uno de ellos, te ha visto llorar y hoy solo quiere acariciar tu rostro y decirte: “Aquí esta mi hombro para que llores, pero no olvides que tengo en mis manos la solución”