1. Cuando aquí los afanes de mi vida cesen ya
y amanezca bella aurora celestial,
en las playas eternas mi llegada esperará
el Señor con bienvenida paternal.
Coro
He de conocerle entonces,
redimido, a su lado cuando esté;
por las señas de los clavos
en sus manos a Jesús conoceré.
2. ¡Oh!, qué gozo supremo cuando pueda ver su faz
y en eterna vida estar con mi Señor;
de su lado ya nunca me podrán quitar jamás
los halagos de mi artero tentador.
3. He de ver a los míos que en la tierra ya perdí
cuando en brazos de la muerte los dejé;
y aunque de ellos entonces con dolor me despedí,
junto al trono de Jesús los hallaré.
4. Al entrar por las puertas, en la célica ciudad,
me uniré con los que allá triunfantes van;
y del himno que alabe de mi Dios la majestad,
los acentos por los siglos sonarán.